Urantia es el nombre real del planeta Tierra, uno de los muchos planetas habitados similares que componen el universo local de Nebadon, una de las localizaciones más alejadas del universo central, situado muy cerca del límite del espacio exterior. En el universo local de Nebadon se produjo la rebelión de Lucifer, unos hechos que han marcado el destino de los mortales ascendentes en este sector de la galaxia y que vamos a analizar en este resumen e interpretación del Libro de Urantia.
El Universo local de Nebadon pertenece al superuniverso de Orvonton, el último superuniverso creado. Este Universo local está administrado por Miguel de Nebadon, de la orden paradisiaca de los Migueles (también llamado Micah, como mencionamos en «La evolución de las razas del universo»).
El sistema local en el que se encuentra Urantia dentro de Nabadon es el sistema local de Satania. El sistema de mundos habitados de Satania está muy alejado de Uversa, la capital del superuniverso de Orvonton.
Jerusem es la sede central de Satania, y desde ahí hay más de doscientos mil años luz hasta el centro físico de Orvonton. Nebadon se encuentra en los límites del superuniverso, y el sistema local de Satania se encuentra en la periferia del Universo local de Nebadon.
Los Universos locales del tiempo y del espacio son todos evolutivos, la única creación que está perfectamente estabilizada es Havona. El plan creativo de vida sigue siempre su curso de evolución gradual de las capacidades físicas, intelectuales y espirituales de las múltiples razas que habitan todos los planetas que componen cada Universo local. Todos los planes para este Universo local fueron aprobados previamente por la Trinidad del paraíso.
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La materia y la vida
La aparición física de los universos es obra de los Organizadores de la Fuerza, quienes junto a los directores del poder, realizan las manipulaciones preuniversales de las energías primordiales hasta que esta energía emergente se vuelve sensible a la gravedad local. Los directores del poder trabajan en la fase de creación de un Universo local anteriores a la materia. Aquí el Libro de Urantia hace referencia a que los directores del poder actúan desde la antimateria para crear la materia, como comentamos en «El origen del alma, el universo de materia y las dimensiones espirituales».
Cada Universo local consta de unas cien constelaciones y cada una de estas constelaciones abarca unos cien sistemas habitados. Cada sistema contiene finalmente unos mil planetas habitados. Un Hijo Creador no comienza la organización de su Universo local hasta que los directores del poder no han proporcionado una base material de energía al nuevo universo emergente. Una vez termina el proyecto físico de un universo, el Hijo Creador, junto al espíritu infinito, diseña su plan para crear la vida…
El plan ascensional de la vida
El Padre Universal está presente en todas las criaturas mortales de los universos materiales en un fragmento de su espíritu prepersonal, un fractal de Dios que se ajusta a cada ser a través de los Ajustadores de Pensamiento. Aquí el Libro de Urantia vuelve a hacer referencia a que nuestra alma es un fractal del origen de todo. (Explicado en «El origen del alma» y en «La evolución de las razas del universo».)

Existe un propósito grande y glorioso en la marcha de los universos a través del espacio. Todos formamos parte de un plan inmenso, un proyecto eterno que se supervisa y se está llevando a cabo. El Padre Universal podría comunicar la perfección a todos los seres de su extensa creación, pero esto les privaría de experienciar la materia y de la aventura asociadas a la ascensión espiritual hacia el interior. Aquí el Libro de Urantia hace referencia a la Ley del libre albedrío y al principio de no intervención en las razas creadas para no interferir en su experiencia de evolución y ascensión.
La administración del Universo Local
Una vez comienza la creación de la vida, se proporciona un gobierno administrativo equipado de personal para ayudar al Hijo Creador a administrar el Universo local. Esta administración se extiende desde los consejos supremos del universo hasta los padres de las constelaciones y los soberanos de los sistemas locales.
Aunque el Padre Universal gobierna sobre su inmensa creación, en la administración de un Universo local actúa a través del Hijo Creador, del Espíritu Madre y de los múltiples hijos de ambos.
La sede central de Miguel de Nebadon está situada oficialmente en Salvington, la capital del Universo local, pero Miguel pasa una gran parte de su tiempo visitando las sedes de las constelaciones, de los sistemas, e incluso visitando los planetas individuales. También viaja periódicamente a Uversa, la capital del superuniverso, donde se reúne con los Ancianos de los Días. También viaja al Universo Central y al Paraíso.
Cuando Miguel de Nebadon está fuera de Salvington, Gabriel ocupa su lugar y actúa como regente del Universo local. Gabriel es la creación de la personalidad espiritual más elevada surgida del Hijo y del Espíritu. Gabriel no es un creador, pero es un maravilloso administrador.
El Padre Melquisedek es el primer ayudante de Gabriel. Cuando Gabriel está ausente de Salvington, sus responsabilidades son asumidas por él. El Padre Melquisedek es el resultado de la unión creativa entre el Hijo Creador y el Espíritu Creativo con la Hija del Espíritu Infinito.
Cada Universo local está bendecido con la presencia de ciertas personalidades del Universo Central y del Paraíso, los llamados embajadores de la Trinidad. El embajador de la Trinidad del Paraíso en Nebadon es Emmanuel de Salvington. Gabriel siempre busca el consejo de Emmanuel para todos los problemas importantes que surgen en el plan de creación y administración del Universo local.
El Espíritu Madre del Universo Local
En la creación de un Universo de criaturas inteligentes, el Espíritu Madre Creativo ejerce primero su actividad en la esfera de la perfección universal, colaborando con el hijo para engendrar a la Radiante Estrella Matutina, como se conoce a Gabriel. Posteriormente, los Hijos Portadores de Vida proporcionan el cuerpo físico en base a la materia existente en el reino, mientras que el Espíritu del Universo aporta el “soplo de vida”.
El Espíritu comienza el trabajo de la evolución de las criaturas evolutivas de los mundos habitados empezando por el material inanimado del reino, después la vida vegetal, los organismos animales y más tarde la evolución humana. Aquí el libro sugiere que el proceso de creación de la vida y de la materia comienza desde la primera dimensión (átomos y moléculas), posteriormente segunda dimensión (mundo vegetal y animal), y por último la evolución humana (ya sea en tercera dimensión o creada directamente de dimensiones superiores, tal y como analizamos en las dimensiones espirituales en nuestra enciclopedia).



El hombre mortal experimenta por primera vez el espíritu cuando la mente puramente animal desarrolla la capacidad de recibir a los ayudantes de la adoración y de la sabiduría, lo que indica que la mente ha cruzado el umbral del ministerio espiritual y del Ajustador del Pensamiento. El libro de Urantia sugiere aquí el significado espiritual del salto evolutivo de animal a humano.
La ayuda de dimensiones superiores
Con la evolución progresiva de un planeta habitado y la espiritualización de sus habitantes, esas personalidades maduras pueden recibir influencias espirituales adicionales. El Espíritu desciende desde arriba para encontrarse con las criaturas para después abrazar con amor el alma y emprender el regreso hacia su origen. Aquí el libro de Urantia hace referencia a las encarnaciones que seres de dimensiones superiores realizan en el mundo material para ayudar a los seres evolutivos en su proceso de evolución y ascensión, como ocurrió por ejemplo en la Era Exial y como sigue ocurriendo hoy en día, tal y como analizamos en nuestras fuentes de información.
Los seres mortales que han recibido y reconocido la presencia interior del espíritu “nunca tienen sed, pues este agua espiritual será en ellos una fuente de satisfacción que mana hasta la vida eterna”. Estas almas regadas del espíritu son casi independientes del entorno material en el que se encuentran dentro de su existencia terrenal.
La herencia de las tendencias animales y el impulso del don espiritual son los dos impulsos opuestos que debemos tratar de armonizar. Existe dentro de nosotros una conspiración de fuerzas espirituales cuyo propósito consiste en liberarnos de la esclavitud material y de los obstáculos finitos.
El despertar del alma
Las capacidades humanas especiales tienen siempre una aptitud natural o inherente. Una capacidad no es un don arbitrario de los Dioses, en todo talento sobresaliente siempre hay una base ancestral de experiencias auténticas y reales en otros mundos y en otras criaturas mortales. Aquí el libro de Urantia hace referencia a los dones y talentos que cada uno de nosotros posee, como mencionamos en «El siguiente paso de la humanidad, el plan del poder oculto y la revolución espiritual».
La conciencia de la dominación de una vida humana por el espíritu pronto es acompañada por una manifestación creciente de las características espirituales de amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, templanza o bondad. Aunque estos seres mortales caminan todavía humildemente por el camino espiritual, ya han empezado a comprender la verdadera realidad, las luces de la vida eterna.
Las razas de origen animal no producen por naturaleza los frutos del Espíritu divino. Las razas de Urantia mejoraron gracias a la donación de Adán, quien vino para ayudar a que el Espíritu de la Verdad coopere con el Ajustador interior a fin de producir la cosecha del espíritu en la raza humana del planeta.
Los mortales evolutivos que habitan en los mundos normales no experimentan los agudos conflictos entre el espíritu y la carne que caracterizan a las razas urantianas de la época actual, no experimentan una guerra constante entre su naturaleza física y su naturaleza espiritual.
El Príncipe Planetario de Urantia y su anexión a la rebelión de Lucifer
Los mortales de Urantia sufren las consecuencias de una doble privación de ayuda en la tarea de consecución espiritual planetaria. La sublevación de Caligastia, el Principe Planetario de Urantia durante la rebelión de Lucifer, provocó una confusión mundial y les robó a todas las generaciones posteriores la asistencia moral para la evolución espiritual. Aquí el libro de Urantia alude por primera vez al rebelión de Lucifer y a cómo esta sublevación afectó a nuestro proceso de evolución y ascensión, como analizamos en «La evolución de las razas del universo: De los primeros imperios estelares hasta nuestros días».
La rebelión de Lucifer provocó también que la raza humana no fuera plenamente adamizada por la donación Adán. Los mortales de Urantia están obligados a sufrir esta lucha entre el espíritu y la carne porque sus antepasados no fueron más plenamente adamizados por la donación edénica. El plan divino preveía que las razas mortales de Urantia tuvieran una naturaleza física más sensible al espíritu de manera natural, pero la rebelión de Lucifer truncó los planes iniciales.

Los Hijos de Dios de los Universos locales
Los Hijos de Dios de los Universos locales son los descendientes de un Hijo Creador Paradisiaco en asociación variada con el Espíritu Madre Universal. Los tipos de Hijos que vamos a estudiar tienen su origen en el Universo local y son los Hijos Melquisedeks, los Hijos Vorondadeks, los Hijos Lanonandeks y los Portadores de Vida.
Los Melquisedek
Los Hijos Melquisedek son una orden de filiación creada en unión por el Hijo Creador y el Espíritu Madre con el Padre Melquisedek. Los Melquisedek son el tipo de orden más elevada que se gobierna de forma autónoma. Mantienen una organización dedicada al servicio de la información universal y al ministerio de elevar a los mortales y de servir a las razas evolutivas.
Los Melquisedek siempre están preparados para servir y ayudar en todas las situaciones de necesidad de los mundos evolutivos, se encuentran en el punto medio entre la Divinidad más elevada y las criaturas evolutivas más humildes. Aquí el Libro de Urantia alude por primera vez a los Melquisedek como una organización al servicio de la información universal, una definición que nos ayuda a comprender mejor el papel de los encarnados Melquisedek en la actualidad en nuestro planeta como Andrea Barnabe o Drunvalo Melquisedek, mencionados en nuestras fuentes de información, para ayudar a difundir toda esta información sobre la verdadera realidad universal.
Los Voronandeks
A los Hijos Voronandeks se les conoce de manera más general como a los Padres de las Constelaciones. Los Vorondadek son una orden cuya misión principal es servir como embajadores y cónsules ante otros universos representando a las constelaciones dentro de su universo nativo.
En aquellos mundos que han sufrido el aislamiento a consecuencia de una rebelión o de una negligencia, un observador Vorondadek está generalmente presente hasta el restablecimiento del estado normal.
Los Lanonandeks
Los Hijos Lanonandeks son más conocidos como Soberanos de los Sistemas o como Príncipes Planetarios. Los Lanonandeks son los gobernantes de los planetas y los soberanos rotativos de los sistemas. Fueron los primeros estudiantes de la Universidad Melquisedek. Son una orden de filiación más tardía, por lo que necesitan pasar por ciertos cursos de formación.
Nuestro Universo local ha sido desafortunado, ya que más de setecientos Hijos Lanonandek se han han adherido a la rebelión de Lucifer y se han rebelado contra el gobierno del Universo, precipitando la confusión sobre diversos sistemas y planetas. De todos los Universos locales de Orvonton, a excepción de Henselon, Nebadon es el que ha perdido el mayor número de esta orden de Hijos.
La rebelión de un Principe Planetario aísla a su planeta y los circuitos espirituales se cortan de inmediato. Aquí el Libro de Urantia alude a cómo un planeta que se negativiza entra en cuarentena para evitar que este proceso de negativización se extienda, como ha ocurrido hasta ahora en la Tierra. Pero muchos Hijos Lanonandeks de los sistemas más antiguos han establecido maravillosos historiales de servicio, forman un grupo noble a pesar de su tendencia a caer en el error debido a los sofismas de libertad personal.
Los Portadores de Vida
La vida no se origina de manera espontánea, se construye de acuerdo con unos planes formulados. Los Portadores de Vida diseñan y llevan la vida de las criaturas a las esferas planetarias. Después de plantar la vida en esos nuevos mundos, permanecen allí durante largos periodos de tiempo para fomentar su desarrollo.
Los Melquisedeks están estrechamente asociados a los Portadores de Vida y siempre los acompañan cuando salen para establecer la vida en un nuevo planeta. Los diseños originales de vida son proporcionados por el Hijo Creador y la elaboración real de estos planes se confía a los Portadores de Vida y a sus asociados.
Aunque la vida planetaria es similar en algunos aspectos, difiere de muchas maneras en cada mundo evolutivo. Hay más de un millón de fórmulas químicas que componen los modelos y las variaciones funcionales básicas de las manifestaciones de la vida.
Los físicos y los electroquímicos del Universo sirven como ayudantes técnicos a los Portadores de Vida en el trabajo de capturar, organizar y manipular las unidades esenciales de energía, de acuerdo a las especificaciones físicas, químicas y eléctricas que se emplean para construir los vehículos materiales que transmiten la vida, el llamado plasma germinativo.
Planeta decimal
En los laboratorios planetarios, los Portadores de Vida y todos sus asociados colaboran con los Melquisedeks esforzándose por modificar y mejorar la vida destinada a ser implantada en los planetas decimales de Nebadon. La vida que evoluciona actualmente en Urantia fue planeada y elaborada de este modo.
Urantia es un planeta decimal, un mundo donde se experimenta con la vida. En un mundo de cada diez se permite que los diseños normales de vida varíen más que en los otros mundos no experimentales.

La chispa vital, el misterio de la vida, se confiere a través de los Portadores de Vida, pero no procede de ellos. Ellos supervisan estas operaciones, pero es el Espíritu Madre del Universo el que proporciona la chispa de energía que anima el cuerpo y presagia la mente. La supervivencia de las criaturas mortales está basada enteramente en la evolución de un alma inmortal dentro de la mente mortal. Aquí el Libro de Urantia se refiere a la inmortalidad de nuestra alma como analizamos en «El origen del alma, el universo de materia y las dimensiones espirituales».
Las personalidades del Universo Local
A la cabeza de todas las personalidades de Nebadon se encuentra Miguel, el Hijo Creador y Maestro. Su coordinada en divinidad y su complemento en atributos creativos es el Espíritu Madre del universo local, la Ministra divina de Salvington. Son el Padre-Hijo y el Espíritu-Madre creadores de todas las criaturas nativas de Nebadon.
Los Ayudantes del Universo son la administración que acompaña a los creadores. Incluyen a las siete órdenes siguientes: Las Radiantes Estrellas Matutinas, las Brillantes Estrellas Vespertinas, los Arcángeles, los Asistentes Altísimos, los Altos Comisionados, los Supervisores Celestiales y los Educadores de los Mundos de las Mansiones.
Gabriel de Salvington
La Radiante Estrella Matutina de nuestro universo es Gabriel de Salvington. Es el jefe ejecutivo de todo Nebadon y actúa como representante del Hijo Soberano y como portavoz de su consorte creativa.
Las Brillantes Estrellas Vespertinas sirven principalmente como agentes de enlace de Gabriel. Muchas actividades ascendentes de las Brillantes Estrellas Vespertinas están dirigidas desde la capital de un sistema local, el de Satania. Al profundizar en su examen descubren que ciertas actividades arcangélicas están dirigidas desde un pequeño mundo habitado, aparentemente insignificante, llamado Urantia...
La importancia universal de la encarnación de Micah en Urantia
Luego sigue la revelación de que Miguel se donó en Urantia, y estos visitantes se interesan de inmediato por vosotros y por vuestra humilde esfera. El hecho de que la donación se produjera en Urantia ha convertido al planeta en una sede de la administración del universo relacionadas con el programa de la ascensión al Paraíso.
Los Árcangeles y los Mensajeros Solitarios
Los Arcángeles son el tipo más elevado de seres espirituales engendrados en grandes cantidades en un universo local. Son de los pocos grupos que no están normalmente bajo la jurisdicción de Gabriel.
Además de los Ayudantes del Universo, hay otras órdenes de Espíritus Superiores vinculados a la administración de un universo local. Los Mensajeros Solitarios nos prestan un servicio inapreciable en nuestros esfuerzos por vencer los obstáculos del tiempo y del espacio.
Aislamiento de Urantia durante la rebelión de Lucifer
Andovontia es el nombre del Supervisor terciario de los Circuitos Universales estacionado en nuestro universo local. Él es el que aisló a Urantia en la época en que Caligastia traicionó el planeta durante la rebelión de Lucifer. Algún día Urantia será reintegrada en los circuitos universales que él supervisa. Aquí el Libro de Urantia hace referencia a cómo el planeta saldrá de la cuarentena provocada por la rebelión de Lucifer, un momento que podría coincidir con el salto cuántico a la quinta dimensión de consciencia. (Analizada en las dimensiones espirituales en nuestra enciclopedia)
Ciudadanos permanentes del Universo local
Al igual que los superuniversos y el universo central, el universo local tiene sus órdenes de ciudadanos permanentes: los Susaitas, los Univitatias, los Hijos Materiales y las Criaturas Intermedias.
Los Hijos Materiales de Dios son la personalización de manera doble del Hijo Creador de su último concepto del ser, confirmando así definitivamente su propio origen doble original, creando entonces a los Hijos e Hijas de la orden material de filiación. Éste es el origen del Adán y la Eva de cada sistema local de Nebadon. Durante una misión planetaria, el Hijo y la Hija Materiales reciben el encargo de fundar la raza adámica de ese mundo.
Cuerpo angélico del Universo local
Al igual que los supernafines en el universo central y los seconafines en un superuniverso, los serafines, con sus querubines y sanobines asociados, constituyen el cuerpo angélico de un universo local.
Los ángeles no tienen cuerpos materiales, tienen una naturaleza y un origen espiritual. Los serafines se proyectan en la época en que se hacen planes para la evolución de las criaturas volitivas mortales. Conocen plenamente nuestras luchas morales y nuestras dificultades espirituales.
Los querubines y los sanobines están por naturaleza muy cerca del nivel morontial de existencia, son los ayudantes de los ministros saráficos. Estos ángeles pueden ser nombrados como guardianes del destino de algún ser mortal.
Los Hijos Ascendentes de Dios
Como sucede con muchos grupos principales de seres universales, se han revelado siete clases generales de Hijos Ascendentes de Dios: Los Mortales fusionados con el Padre, los Mortales fusionados con el Hijo, los Mortales fusionados con el Espíritu, los Serafines evolutivos, los Hijos Materiales ascendentes, los Intermedios trasladados y los Ajustadores Personalizados.
Los mortales del tiempo y del espacio representan el último eslabón de la cadena de seres llamados hijos de Dios. El sello personal del Hijo Original se transmite a través de una serie de personalizaciones cada vez menos divinas y cada vez más humanas.

Del mismo modo, el Espíritu Original, por medio de una serie de órdenes cada vez menos divinas y más humanas, se acerca cada vez más a las criaturas mortales, alcanzando el límite de su expresión en los ángeles, respecto a los cuales solo hemos sido creados un poco inferiores, y quienes nos guían en el viaje por la vida humana.
Los Ajustadores del Pensamiento
Dios Padre no desciende, no puede descender así, pero el Padre no está privado de un contacto personal con sus humildes criaturas, su presencia está en nosotros en comunión interior con el alma misma de sus hijos e hijas mortales mediante la identidad de los Ajustadores del Pensamiento interiores, los Monitores Divinos.
En muchos mundos como Urantia antes de Adán, un gran número de hombres primitivos adquieren la capacidad de sobrevivir, pero no consiguen fusionar con el Ajustador. En cuanto estas criaturas son habitadas por los Ajustadores, los ángeles guardianes empiezan a actuar.
El envío de los Ajustadores es uno de los grandes misterios de Dios Padre. Estos fragmentos de la naturaleza divina del Padre traen consigo el potencial de la inmortalidad de las criaturas. Los Ajustadores son espíritus inmortales, y la unión con ellos confiere la vida eterna al alma del mortal fusionado.
El destino de los Hijos de Dios ascendentes
Es muy posible que cuando se exploren las fronteras en los sistemas planetarios del primer nivel del espacio exterior, los Hijos de Dios ascendentes, fusionados con el Hijo o con el Espíritu, mantengan el equilibrio experiencial de esas galaxias actualmente inexploradas y deshabilitadas del espacio exterior.
Aquí el Libro de Urantia nos muestra una vez más nuestro posible destino como humanos: ser cocreadores de vida de nuevos sistemas estelares, tal y como vimos en la primera parte del resumen del Libro de Urantia, algo que coincide también con la capacidad de las razas micaélicas con el Código Kadistu, como analizamos en «La evolución de las razas del universo: De los primeros imperios estelares hasta nuestros días».
Aspectos físicos del Universo local
El fenómeno espacial característico que diferencia a cada creación local de todas las demás es la presencia del Espíritu Creativo. Las creaciones de los universos locales, están organizadas administrativamente de acuerdo con ciertos principios creativos que gobiernan la segmentación de la carga energética total de un superuniverso, mientras que sus componentes físicos, (soles, planetas, islas oscuras) tienen su origen en las nebulosas, de acuerdo a ciertos planes precreativos que realizan los Arquitectos de Universo Maestro.
Las nebulosas espirales y de otros tipos son iniciadas por los organizadores de la fuerza del Paraíso. Tras la llegada del Hijo Creador al universo local en colaboración con los Supervisores del Poder Morontial y con otras entidades, se da nacimiento a las líneas de comunicación y a los circuitos de energía que ligan los múltiples cuerpos espaciales de un universo local.
Las esferas arquitectónicas de un universo local, en el caso de Nebadon esferas como Salvington, Edentia o Jerusem, están iluminadas, calentadas y alimentadas energéticamente mediante unos métodos que las hacen independientes de los soles del espacio. Estas esferas fueron diseñadas para ejercer influencia sobre la distribución de la energía y los circuitos energéticos, fundamentales para todos los fenómenos físico-materiales y morontio-espirituales.
La energía, la mente y la materia
El fundamento del universo material es la materia, pero la esencia de la vida es el espíritu. Esta energía pura impregna toda la materia y está controlada por el Padre Universal, por el origen de todo. Aquí el Libro de Urantia se refiere al espíritu como la energía que da vida al universo de materia, como analizamos en «La Constitución Septenaria del Ser Humano» y en «El Origen del alma.»
En los universos exteriores a Havona, el Padre Paradisiaco solo aparece personalmente como energía pura y como puro espíritu bajo la forma de los Ajustadores del Pensamiento y otras fragmentaciones similares. El Padre de los espíritus es el predecesor de los universos, la fuente en la eternidad del arquetipo original, que es la Isla del Paraíso.
En el proceso de creación de los universos de materia, los organizadores de la fuerza inician los cambios y establecen las modificaciones de la fuerza espacial que se traduce en energía. Los directores del poder transmutan esa energía en materia para que nazcan los universos. Posteriormente, los Portadores de Vida inician en la materia el proceso de la vida y los Creadores espirituales originan las formas espirituales superiores de vida inteligente.
La energía es imperecedera, puede estar sometida a transmutaciones ilimitadas, en ningún sentido puede sufrir la extinción, pero aunque la energía surge de lo infinito, no se manifiesta de manera infinita, por eso el universo maestro, tal como se concibe actualmente, tiene límites exteriores. La fuerza y la energía duran para siempre, y como han salido del Paraíso deben regresar allí, aunque necesiten una era tras otra para completar el circuito.
Mente, cuerpo y espíritu
En el mundo material no es un cuerpo el que tiene un espíritu, es el espíritu el que tiene un cuerpo. Los ojos materiales son en verdad las ventanas del alma nacida del espíritu. El espíritu es el arquitecto, la mente es el constructor y el cuerpo es el edificio material.

Todas las actividades de los mundos morontiales y espirituales son reales. El mundo espiritual es una realidad para los seres espirituales. Para los seres espirituales el mundo material es el más irreal mientras que para los seres materiales el mundo espiritual es más o menos irreal.
La energía espiritual actúa de acuerdo con las leyes establecidas, tal como lo hace la energía física. Las tres fases originales de la energía divina se manifiestan en todos los universos como energía física, mental y espiritual.
La administración del sistema local
El centro administrativo de Satania está compuesto por un grupo de cincuenta y siete esferas arquitectónicas. Jerusem, la capital del sistema, tiene casi cien veces el tamaño de Urantia. El jefe ejecutivo de un sistema local de mundos habitados es un Hijo Lanonandek primario, el Soberano del Sistema. En toda la historia de Nebadon estos ejecutivos han mostrado su deslealtad en tres ocasiones, pero la rebelión de Lucifer ha sido la última y la más extensa de todas.
El administrador actual de Satania es Lanaforge, el sucesor de Lucifer, un gobernante brillante y bondadoso a prueba de rebeliones. Sin embargo, su administración no ha sido restituida plenamente tras la rebelión, y ciertas materias se encuentran actualmente bajo la supervisión de los Padres de la Constelación y de los Ancianos de los Días.
Alrededor de Jerusem giran siete mundos mayores conocidos como las esferas culturales de transición y sus gobernantes son nombrados por el consejo ejecutivo de Jerusem. Estos siete mundos son el mundo de los finalitarios, el mundo de la morontia, el mundo de los ángeles, el mundo de los superángeles, el mundo de los Hijos, el mundo del Espíritu y el mundo del Padre.
Los grupos internados de la rebelión de Lucifer
Los siete satélites que rodean al mundo del Padre, se emplean actualmente en Satania como esferas de detención para los grupos internados de la rebelión de Lucifer. Edentia, la capital de la constelación, no tiene mundos prisiones, los pocos serafines y querubines que se unieron a la rebelión han sido confinados en estos mundos de aislamiento de Jerusem.
El consejo asesor de Urantia
En el centro de los siete círculos residenciales angélicos de Jerusem está situada la sede del consejo asesor de Urantia, que cuenta con veinticuatro consejeros. Entre estos veinticuatro consejeros se encuentran Adán y Eva, el padre planetario de Urantia y la madre de la raza violeta de Urantia, Enoc, el primer mortal de Urantia que fusionó con su Ajustador del Pensamiento, y otros seres como Moisés, Elías, Maquiventa Melquisedek o Juan el Bautista.
Los mundos habitados
Todas las esferas habitadas por los mortales del tiempo y del espacio son evolutivos en su origen y en su naturaleza. Los mundos habitados son los semilleros de las razas mortales. Cada unidad de vida ascendente es una verdadera escuela educativa para el alma, un proceso de evolución y ascensión que se da hasta completar todas las etapas progresivas de experiencias hasta el Paraíso.
Todos los mundos habitados están agrupados en sistemas locales para su administración celestial. La progresión de la vida no es ni arbitraria ni mágica. Puede ser que la evolución cósmica no sea siempre comprensible, pero es estrictamente no accidental. El hombre mortal no es un accidente evolutivo. Aquí el libro hace referencia a que el nacimiento y el desarrollo de la vida en los planetas forma parte de un plan universal, como analizamos en «El Origen de la vida en la Tierra».
Todos los mundos de un sistema local revelan una similitud física inequívoca, pero cada planeta tiene su propia escala de vida, no hay dos mundos que sean exactamente iguales en su dotación vegetal y animal. El tipo evolutivo de Satania está en consonancia con el arquetipo evolutivo de Nebadon.
Los Príncipes Planetarios y los Melquisedeks
Todos los planetas que están habitados por criaturas mortales evolutivas tienen asignado un Príncipe Planetario que pertenece a la orden de los Hijos Lanonandeks. Los Príncipes Planetarios pueden pedir en cualquier momento ayuda al consejo de los Melquisedeks para la administración planetaria.
En ocasiones especiales, los ayudantes Melquisedeks pueden hacerse visibles a los habitantes de los mundos evolutivos, y de hecho lo hacen. Aquí el libro vuelve a hacer referencia a las encarnaciones que pueden hacer los Melquisedeks en los planetas para ayudar con su información a la evolución de una raza. (Drunvalo Melquisedek o Andrea Barnabe, encarnados actualmente en servicio en nuestro planeta, son un ejemplo de ello, como mencionamos en nuestras «Fuentes de información».)
Los Adanes planetarios
Cuando una raza primitiva de un planeta alcanza el límite de su desarrollo evolutivo natural, el Soberano del Sistema envía a ese mundo la segunda orden de filiación: Los mejoradores biológicos, Adán y Eva.
La tarea principal de esta pareja consiste en reproducirse entre ellos para posteriormente mezclar a su descendencia con las razas nativas del planeta. La descendencia de Adán y Eva es el origen de la raza violeta en los mundos habitados.
La raza violeta se cruzará con las seis razas de colores del planeta, la raza roja, la raza naranja, la raza amarilla, la raza verde, la raza azul y la raza índiga. Aquí el libro hace referencia a los tipos de razas de colores que hay en el planeta que coinciden además con los colores de los siete chakras, siendo el chakra violeta el chakra corona, el que está situado más arriba.
El Principe Planetario selecciona la ubicación para el emplazamiento donde los Adanes Planetarios van a comenzar su misión, el Jardín del Edén, que se llama así en homenaje a Edentia, la capital de la constelación, ya que se modelan según la grandiosidad botánica de su mundo.
El plan de mejorar la raza fracasó en parte por la rebelión de Lucifer. Caligastia se opuso con astucia y eficacia a la misión adámica y en consecuencia la raza humana no fue completamente adamizada.
La rebelión de Lucifer
Lucifer era un brillante hijo Lanonandek primario de Nebadon que había servido en muchos sistemas. No era un ser ascendente, era un hijo creado del universo local.
Lucifer nombró a Satanás su primer lugarteniente. Satanás era miembro del mismo grupo primario de Lanonandeks, pero nunca había ejercido la función de Soberano Sistémico. El Príncipe Planetario era Caligastia, Hijo de la orden secundaria de los Lanonandeks. Satanás y Caligastia se unieron a la rebelión de Lucifer.
El dragón se convirtió en la representación simbólica de la rebelión de Lucifer y de todos estos personajes. Después del fracaso de la rebelión, se dijo: “Gabriel descendió de Salvington y ató al dragón (a todos los jefes rebeldes) durante una era”. Aquí el Libro de Urantia hace referencia al dragón como símbolo de la rebelión de Lucifer, un símbolo que va relacionado con lo que sucedió con las razas reptiles (de ahí el dragón) y su negativización que analizamos en «La evolución de las razas del universo».

Declaración Luciferina
Resulta difícil indicar las causas exactas que culminaron finalmente en la rebelión, solo es seguro que estas tuvieron su origen en la mente de Lucifer. Lucifer ya había expresado abiertamente su insatisfacción acerca de la administración del Universo. La sublevación final tomó la forma de la Declaración Luciferina de Libertad en tres puntos.
Uno
La realidad del Padre Universal: Lucifer aseguraba que el Padre Universal no existía realmente, consideraba que era un mito inventado por los Hijos Paradisiacos para conservar el gobierno de los universos en su nombre. Utilizó la veneración a su favor, calificándola de ignorancia. También creía que la gravedad física y la energía eran inherentes al universo.
Dos
El gobierno universal de Miguel, el Hijo creador: Lucifer protestó contra el derecho de Miguel de asumir la soberanía sobre Nebadon en nombre de un hipotético Padre Universal, y manifestó que los sistemas locales debían de ser autónomos. (Aquí el Libro de Urantia alude al hecho de comenzar Micah a administrar el universo local y comenzar el proyecto de las razas micaélicas. Antes de Micah, este universo local estuvo administrado por Anhotak, como vimos en «La evolución de las razas del universo.») También atacó a los Ancianos de los Días, a quienes consideraba “patentados extranjeros”. También consideraba que la resurrección era natural y automática, y que todos los seres vivirían eternamente si no fuera por los actos arbitrarios de los Ancianos de los Días.
Tres
El ataque contra el plan universal para educar a los mortales ascendentes: Lucifer protestó contra el programa consistente en preparar a los mortales ascendentes, sostenía que se empleaba demasiado tiempo y energía en el proyecto de instruirles a fondo para un destino que consideraba de ficción. Consideraba los principios de la administración como inmorales y poco sólidos. Insinuó que los finalitarios habían sido corrompidos, y que en realidad traicionaban a sus compañeros mortales esclavizándolos con la ilusión de un falso destino. Puso en tela de juicio y condenó todo el plan para la ascensión de los mortales.
Este último punto enlaza directamente con lo que hablamos sobre el plan ascendente de las razas micaélicas en «La evolución de las razas del universo», un plan ascensional del que Lucifer estaba en contra porque eran razas que podrían superarle incluso a él en en capacidades físicas y espirituales. Lucifer no admitía que las razas micaélicas pudieran combinar la evolución física y la ascensión álmica, así como su capacidad de cocrear en el universo de materia gracias a los códigos genéticos iguales a Micah.
Con esta declaración, Lucifer emprendió su plan oscuro que se publicó en el cónclave anual de Satania hace unos doscientos mil años del tiempo de Urantia. En este manifiesto, su primer lugarteniente, Satanás, proclamó que se podía adorar a las fuerzas universales, pero que solo se podía tener lealtad a Lucifer. La reafirmación personal de Lucifer fue el grito de guerra de su rebelión.
Guerra en el cielo
Lucifer sostenía que todo gobierno debía limitarse a los planetas locales y a su confederación voluntaria en los sistemas locales, rechazando cualquier otra supervisión. Prometió a los Príncipes Planetarios que gobernarían los mundos como ejecutivos supremos.
Durante todo el tiempo que duró la «guerra en el cielo», el Príncipe Planetario de Urantia, Caligastia, estuvo defendiendo la causa de la rebelión en el planeta. Los Melquisedeks se opusieron a Caligastia, pero los sofismas de la libertad desenfrenada y las ilusiones de reafirmación personal tenían todas las posibilidades de engañar a los pueblos primitivos y poco desarrollados de Urantia. En «El siguiente paso de la humanidad» y en «La evolución de las razas del universo», analizamos cómo los oscuros tomaron el control del planeta engañando a los humanos a través del control mental. Desde el momento del inicio de la rebelión, todo el sistema de Satania fue aislado de todos los circuitos de la constelación y del universo.
Los problemas de la rebelión de Lucifer
De todos los problemas derivados de la rebelión de Lucifer, ninguno ha ocasionado más dificultades que la incapacidad de los mortales evolutivos para distinguir entre la verdadera y la falsa libertad.
La verdadera libertad está progresivamente relacionada con la realidad, y siempre es respetuosa con la fraternidad universal, la equidad social y la justicia cósmica. La libertad es autodestructora cuando su motivación es poco inteligente, incondicional e incontrolada.
En el ejercicio de su libertad personal, ningún ser tiene el derecho de privar a otro ser de aquellos privilegios de la existencia otorgados por los creadores. Los seres evolutivos quizá tengan que luchar por sus libertades materiales contra tiranos y opresores durante los primeros tiempos de una esfera primitiva en evolución, pero no ocurre así en los mundos espirituales.
El libre albedrío creativo
Toda criatura de todo universo evolutivo está destinada a convertirse en asociada de los creadores espacio-temporales en su aventura para alcanzar la perfección a través de su experiencia en la materia. Si esto no fuera así estas criaturas no estarían dotadas de libre albedrío creativo.
La locura de Lucifer consistió en intentar hacer lo irrealizable: saltarse el tiempo en un universo experiencial, intentando privar a todas las personalidades de Satania de sus derechos creativos. La rebelión de Lucifer amenazaba así con privar del libre albedrío a todas las criaturas personales. El manifiesto de Lucifer, disfrazado de libertad, se presentaba como una amenaza destinada a quitar a los hombres el privilegio divino de participar en la creación de sus propios destinos.
Las criaturas de los mundos evolutivos siempre se preguntan por qué los creadores permiten el mal y el pecado. No logran comprender que los dos son inevitables si la criatura ha de ser realmente libre. El libre albedrío de los seres evolutivos no es un simple concepto filosófico. Aquí el Libro de Urantia se refiere al libre albedrío pleno y a la dualidad que existe en los mundos evolutivos del universo de materia, como comentamos en “El origen del alma”.
El triunfo del amor
Al principio la rebelión de Lucifer pareció ser un desastre absoluto para el sistema y para el universo, pero gradualmente los beneficios empezaron a acumularse. Después de veinticinco mil años del tiempo del sistema, los Melquisedeks empezaron a enseñar que el bien resultante de la rebelión había llegado a igualar el mal que se había sufrido.
Aquí el Libro de Urantia se refiere a un tiempo de veinticinco mil años que coincide aproximadamente con lo que tarda nuestro sistema solar en dar la vuelta al sol de Alcyon de Pléyades, tal y como indicaban los mayas en su calendario (podéis leerlo en ¿Estamos ante el cambio de era que nos anunciaron los mayas?)
Los Melquisedeks enseñan ahora que el bien resultante de esta rebelión equivale a más de mil veces la suma de todo el mal. Una cosecha tan extraordinaria y tan benéfica procedente de la maldad solo se pudo conseguir gracias a la actitud sabia y misericordiosa de todos los superiores de Lucifer.
La filosofía universal y la sabiduría cósmica
A medida que ascendamos en la experiencia evolutiva, comprenderemos mejor cómo se puede obtener un bien último de un mal limitado en el tiempo. Aquí el Libro de Urantia se refiere a cómo un mal como la rebelión de Lucifer ha podido retrasar nuestra evolución en sus inicios, pero como a la larga va a ser beneficiosa para nuestra experiencia, porque nos hecho recorrer un camino más largo y denso en el universo de materia, lo que ha hecho que nuestro despertar sea una prueba aún más difícil, de la que vamos a aprender incluso más, tal y como comentamos en “La evolución de las razas del universo”.
Según vayamos recorriendo nuestro camino ascendente hacia el Paraíso y adquiramos una mayor capacidad experiencial, comprenderemos mejor estas problemáticas de la administración universal. Escucharemos a los filósofos superáficos debatir y explicar estos profundos problemas de adaptación universal, y podremos alcanzar la cima de la filosofía universal. La sabiduría cósmica es esencial para entender las situaciones cósmicas...
Muchas gracias por el resumen y por la información recogida